En numerosas ocasiones explico a mis pacientes con esta frase del título la posibilidad de recurrir a medicación para tratar sus síntomas. Y es que, si pensamos en un daño físico como una fractura de pierna, está claro que una muleta no va a curarnos, pero apoyarnos en ella mientras recibimos otros tratamientos nos ayudará a poder seguir haciendo algunas de nuestras rutinas y a no forzar esa pierna dañada.
Pues con la Salud Mental ocurre lo mismo. Problemas como la ansiedad o la depresión pueden requerir de una ayuda farmacológica para aliviar los síntomas, pero no se resuelven si no se trabaja activamente en comprender qué subyace debajo de esos síntomas y se hacen cambios en nuestra manera de percibir situaciones, sentir y actuar.
Por tanto: NO OS AFERREIS A LA MULETA. Primero hay que valorar si la necesitáis o no, y después averiguar y comprender qué otras cosas son importantes para aliviar/sanar el dolor (y en eso consisten los procesos de psicoterapia).
Os dejo el enlace a un artículo que habla sobre ello:
https://www.innovaspain.com/la-sociedad-espanola-no-sabe…/
